San Francisco se convirtió en la primera ciudad de Estados Unidos que prohibirá el uso de tecnología de reconocimiento facial por la policía y otras agencias públicas. La ley (que será votada formalmente la próxima semana) dice que “la propensión de la tecnología de reconocimiento facial a poner en peligro los derechos y las libertades civiles supera sustancialmente sus beneficios”.
La decisión revive las preocupaciones sobre qué tan intrusivos son estos sistemas y cuán dispuesta está la ciudadanía a ceder su privacidad. El principal temor es que las bases de datos terminen discriminando a personas por sesgos de género, raza o cualquier otro tipo